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El peregrino

El joven peregrino se desplaza con un rostro alegre por el sendero que lo aleja de la comarca. Ha tenido una grata estadía y pronto se encontrará con otros compañeros de ruta movidos por la misma intención; alcanzar la ermita antes del comienzo de las festividades respectivas. El buen tiempo y la salud que le acompañan, permiten mantener un ritmo de avance rápido y sostenido.

 Tras dos días de marcha acompañada de rezos, cánticos, palabras gentiles y oraciones compartidas con quienes brindan desinteresadamente un alimento o un lugar para el descanso, la aparición de numerosos grupos de peregrinos que convergen en el camino real, significan un resto de trayecto donde se compartirán variadas experiencias y que el final del recorrido está próximo.

 El santuario es una pequeña construcción de piedra y madera ubicada en un vallecito rodeado de elevaciones de baja altura. El lugar es pedregoso y casi desprovisto de vegetación. Su construcción tiene una fecha poco precisa y se le rinde culto a un peregrino que realizó actos milagrosos al haber recibido cobijo y alimentos, en su transcurso por la región. Se produjo una lluvia ansiadamente esperada a partir de la única nube presente en un cielo diáfano y fueron sanados en simultáneo, parroquianos aquejados de variadas dolencias.

 Inicialmente la devoción fue local, pero con el tiempo trascendió y finalmente comenzaron a llegar peregrinos de todos los confines a rendirle adoración durante las festividades. Personajes cercanos al gobierno de turno también hacían su aparición durante esas fechas, aunque el interés político era inocultable debido a la jerarquía social de ciertos penitentes.

 No todo fue fácil.  En los inicios hubo enfrentamientos entre los locales creyentes y los primeros peregrinos versus los no creyentes, pero radicales. En más de una ocasión las diferencias generaban discusiones de tal intensidad que concluían en verdaderas batallas campales con heridos en ambos bandos. Aunque no está oficialmente registrado, se comenta que incluso hubo personas fallecidas a raíz de las grescas. El cambio en el discurso y la actitud terminó limando asperezas y con el paso del tiempo, se llegó a una convivencia pacífica. Una prueba de ello es el lugar donde se levanta la ermita. Éste fue cedido por uno de los más férreos opositores a la misma, durante su juventud.

 Las festividades también tuvieron una notable transformación. En sus comienzos consistieron en un evento diario donde los feligreses locales esperaban la llegada de coterráneos que habitaban en cercanías. Producidos los arribos, se daba comienzo a la celebración litúrgica y una vez finalizada, continuaba un encuentro social que incluía comida, música y que se prolongaba hasta agotar la jornada. En los días siguientes, estos primeros peregrinos retornaban a su procedencia.

 La progresiva llegada de una mayor cantidad de viajeros obligó a la extensión de la celebración hasta alcanzar el formato definitivo de tres días, donde se repite en cada uno, ese esquema inicial. La desconcentración también toma más tiempo y dado que el poblado no cuenta con las comodidades necesarias para albergar a todos los llegados; éstos terminan alojándose en las aldeas vecinas, desde donde se mueven hasta la ermita. También se solicita un aporte monetario voluntario para solventar los gastos y permitir que todos puedan recibir alimentos. Si queda un sobrante de dinero, se destina al mantenimiento de la construcción y el excedente se reparte entre los más necesitados. 

 El joven peregrino es uno de los últimos en partir. Está cubierto por hábitos muy sencillos y su carácter es naturalmente agradable. Nunca se lo vio involucrado en algún exceso y hubo quienes lo vieron reprimir con una mezcla de amabilidad y dureza a quienes sí lo estaban, incluso personajes de alcurnia.

Procede de un lugar muy distante. Es muy probable que a su arribo y escaso tiempo después, inicie un nuevo viaje. También es muy probable que pequeños milagros se sucedan entre quienes, con más caridad y esfuerzo, colaboran con su marcha. Tal cual aconteció con aquellos que lo hicieron, cuando dio inicio a su peregrinación infinita.

 

 

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