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Mostrando entradas de junio 2, 2024
Desorientado Definitivamente había perdido el rumbo. Impulsado por el ego, inició el tránsito de un supuesto camino alternativo que le permitiría acortar tiempo y distancia, pero al final, ni lo uno ni lo otro. Intentó desandar el recorrido, pero las características del suelo, que impedían observar con claridad las marcas del calzado, el cielo plomizo por momentos y la altura de la vegetación, que no colaboraban con la orientación solar, no le permitieron lograr el objetivo. Las señales determinantes que le marcaron haber perdido el sentido fueron la ausencia de referencias reconocibles y la progresiva densidad del bosque bajo, que entorpecía a más no poder, el avance. Se detuvo, comprobó la falta de señal telefónica y maldijo por lo bajo el no haber cargado con el viejo y noble GPS.  Lejos aún de dejarse arrastrar por el pánico, se decidió por establecerse en el lugar. Habían transcurrido largas hora de caminata por un terreno donde el porcentaje de suelo plano era miserable y el can
  El minero A último momento tomó la decisión de no ir y eso probablemente le salvó la vida. A media mañana, la sirena que anunciaba un accidente en la mina no paraba de chillar. Una caterva de curiosos y opinólogos rápidamente se hizo presente en lugar. La mayoría llegó antes que los precarios recursos de auxilio que operaban en estos casos.  La crónica de sucesos que permitían presagiar el desastre habían comenzado hacía tiempo. La mina ya había alcanzado su pico máximo de producción y pesar de todos los esfuerzos que se realizaban, el rendimiento no cesaba de disminuir. El propietario, cegado por la avaricia, inició un recorte del presupuesto que impactaba directamente en las medidas de seguridad y los equipos de trabajo. Derrumbes menores comenzaron a producirse con mayor continuidad, el drenaje del agua se tornó cada vez más deficiente por las continuas fallas en las bombas de desagote y esto hizo que, por momentos, se trabajara sumergido hasta las rodillas. Los vetustos ascensore